La sugestión en la Hipnosis

septiembre 19, 2020 0 Por Lesam

Pavlov, sostenía que la sugestión en sus diversas formas, obraba estableciendo en la mente de los sujetos, reflejos condicionados. Estos condicionamientos son mantenidos, por lo general, bajo control por la consciencia que puede impedirlos si se contraponen a los esquemas de personalidad del sujeto. Cuando la rapidez de un suceso, impide la reflexión inmediata, bien porque la consciencia está focalizada en ese instante en otros objetivos, bien porque se ve sorprendida por la inmediatez de la sugestión, no puede impedir que el reflejo se manifieste sin mediar análisis críticos previos. Establecer esas condiciones, es el objetivo de todas las mecánicas inductivas.

Tratándose la sugestión de una herramienta tan poderosa, resulta sencillo comprender la importancia de la misma en la Hipnosis pues nos permite provocar profundizar y posteriormente encaminar el desarrollo de un trance hipnótico hacia nuestros propósitos, estableciendo un dialogo con el subconsciente del sujeto. El hipnólogo profesional conoce bien la manera de utilizar el amplio abanico de técnicas sugestivas tanto VERBALES como NOVERBALES, ambos tipos de sugestiones son de suma importancia en su trabajo a fin de crear en el sujeto el estado de receptividad necesario para provocar el estado hipnótico.

Entre las sugestiones No verbales que preparan ese estado de receptividad necesario inicialmente, podríamos destacar la capacidad de provocar el trance hipnótico otorgada por el sujeto al profesional. (El simple hecho de observar la inducción de un trance en otra persona ya condiciona al observador). También influye el ambiente en el que la sesión se desarrolla, un ambiente tranquilo, con una iluminación relajante, predispone y tranquiliza al sujeto.

El ambiente en que nos desenvolvemos nos influye a todos en mayor o menor medida. La preparación de un ambiente propicio a nuestros propósitos nos facilitará siempre las tareas inductivas. Otro tipo de sugestión No verbal importante y que se emplea generalmente de un modo intuitivo es la sugestión gestual, un ademán, una mirada, un gesto reforzando nuestras palabras, son elementos sugestivos de primer orden.

Así mismo la imitación natural de los comportamientos del sujeto, hacen que este se sienta cómodo, como veremos más adelante el simple hecho de acompasar nuestra respiración a la de la otra persona o la sutil imitación de las posturas que  adopta, tranquiliza al sujeto al reconocerlas inconscientemente como propias, es como sentirse acompañado de sí mismo. En cuanto a las sugestiones verbales se refiere dejando a un lado por el momento la construcción deliberada de la fraseología hipnótica, existen factores tales como el timbre de voz que debe ser natural y no forzado y el ritmo con el que desgranamos nuestras palabras que debe estar acompasado al de la respiración del sujeto (Si ajustamos el ritmo de verbalización a la respiración del sujeto, lo mantenemos durante unos cuantos minutos y luego vamos reduciéndolo progresivamente observaremos, que la persona también aminora la velocidad de su respiración para ajustarla a nuestra verbalización).

La coherencia de la vocalización con lo que se describe, es decir tratar de acompañar el sentido de las palabras con un tono apropiado para cada una de ellas, por ejemplo, no podemos sugerir «Calma» a gritos o decir la palabra «Fuerza» utilizando un tono débil.